Choca ver un aporte en clásicos relacionado con coches eléctricos, pero lo cierto es que BMW lleva coqueteando con esta tecnología la friolera de 40 años. Con motivos de los Juegos Olímpicos de Munich de 1972 preparó dos prototipos eléctricos del BMW 1602 y a partir de ahí ha producido varios intentos por implantar la propulsión eléctrica en la calle. Ese proceso culminará en 2013 con el estreno del BMW i3.
Esos BMW de 1972 contaban con un motor eléctrico de 43 CV de potencia alimentado por 12 baterías de 12V. Para que os hagáis una idea de como ha evolucionado la tecnología contaba con una velocidad punta de 100 km/h y sólo 30 kilómetros de autonomía. En 1975 llegó el BMW LS Electric, que ya contaba con frenos regenerativos y contador de carga en el cuadro de instrumentos. Era menos ambicioso en cuanto a las prestaciones, sólo 23 CV para una velocidad punta de 65 km/h y una misma autonomía de apenas 30 kilómetros.
A principios de los 80 llegó el 325iX Electric. Equipaba unas nuevas baterías de sulfuro sódico que permitían elevar la autonomía hasta 150 kilómetros. Eso con un modesto motor de 30 CV para una velocidad punta de 100 km/h. Y no fue hasta 1991 cuando BMW presentó en el Salón de Frankfurt su primer modelo eléctrico original. Respondía al nombre de E1, un prototipo urbano con unas baterías similares al 325iX Electric y un motor eléctrico de 43 CV. Ya se movía en una velocidad punta de 120 km/h y una autonomía de 150 kilómetros.
Gama coches eléctricos BMW
En la misma década de los 90 BMW produjo unas nuevas baterías de cloruro de sodio y niquel que junto a un motor eléctrico ya de 61 CV permitía mantener esa autonomía estándar de 150 kilómetros para una punta de 135 km/h. Y Ya entrado el siglo XXI han llegado el Mini E y el BMW ActiveE con las baterías de ion-litio como protagonistas, aunque todavía muy limitados en producción.
40 años para sacar su primer modelo serio de producción, así son a veces los tiempos dentro del mundo de la automoción.
